panettone

Panettone, la leyenda del Pan de Toni

¿Lo hueles? Es el olor a panettone, ¡el olor a Navidad!

No cabe duda: el panettone es una de las mejores creaciones culinarias de Italia. Una auténtica maravilla, todo un sueño al paladar, con su cúpula agrietada, su interior esponjoso y tierno y sus múltiples rellenos, a cada cual más exquisito. ¡Sí! Sentimos auténtica pasión por este pan dulce. Por eso, hemos querido averiguar cómo empezó todo. Retrocedamos 6 siglos, a un Milán de magiaNavidad. Hace mucho, mucho tiempo…

Navidad en Milán, historia del panettone

Estatua de Marco Aurelio, Milán, historia del panettone

Corría el año 1490. Un joven aristócrata, de nombre Ughetto Atellani de Futi, estaba perdidamente enamorado de Algisa, la hija de Toni, un pastelero pobre de Milán. 

Ughetto, con la esperanza de conquistar el corazón de la joven, ideó una forma de ayudar a Toni. Haciéndose pasar por aprendiz de pastelero, inventaría un postre primoroso, que mejorase las ventas de la pastelería y pusiese fin a la situación de penuria de la familia. Ya en el obrador, amasó un pan dulce con huevos, mantequilla, frutas confitadas y aromas cítricos, le dio forma de cúpula y lo horneó.

El éxito fue asombroso. Todo Milán acudió a la pastelería para poder probar el “pan de Toni”, que pasaría a la historia como panettone. Por supuesto, los jóvenes Ughetto y Algisa se casaron, fueron felices y comieron panettones muchos años.

Historia del panettone
Miniatura del Libro de Horas de Giangaleazzo Visconti, 1380, Giovanni de’ Grassi

Más de quinientos años han pasado de esta historia, muchas bocas y escritos intentando atestiguar un mismo hecho. Por eso, puede que nada de lo aquí contando sea cierto. También, por qué no, es posible que se aproxime bastante a lo que en realidad sucedió. Si el romance de Ughetto y Algisa no te resulta convincente, la siguiente narración cuenta con mayor consenso entre los maestros pasteleros de Italia:

Es Nochebuena en la corte de Ludovico El Moro, duque de Milán desde 1494 hasta 1499. El Duque ha mandado preparar un lujoso banquete para festejar la Natividad junto a muchos nobles de la comarca. Mientras Ludovico y sus invitados degustan manjares inimaginables, en cocina, el esperado postre se carboniza dentro del horno. Ante la desesperación del cocinero, un joven ayudante de cocina llamado Toni, propone una solución. Esa misma mañana, había elaborado un pastel con las sobras que quedaban en la despensa, “si no tienes nada más, puedes llevarlo a la mesa”.

Pan de toni, origen del panettone

Al no ver otra solución posible, el cocinero accede. Lleva el pastel a la mesa y, temblando, observa la reacción de los comensales escondido tras una cortina. Para su sorpresa, todos comen con gran disfrute el pan dulce, relleno de mantequilla y frutas confitadas. El Duque desea saber el nombre de tal manjar, que ha dejado embelesados a sus invitados. El ayudante, Toni, aparece en escena y confiesa que el postre no tiene nombre. Entonces, Ludovico El Moro sentencia “este es el pan de Toni”.

Ludovico el Moro
Ludovico el Moro

Hemos encontrado todavía una tercera versión que aúna las dos anteriores. Como hemos visto, el matrimonio de los jóvenes Ughetto y Algisa podría haber coincidido con la época del ducado de Ludovico El Moro. Según esta última teoría, el duque hubo expresado su acuerdo con el enlace —recordemos que Ughetto pertenecía a la aristocracia, mientras Algisa era de origen humilde— y, encantado con el sabor del pan de Toni, fue quien alentó su producción. Por cierto, se comenta que Leonardo da Vinci estuvo presente en la boda, por lo que, suponemos, tuvo el placer de probar el recién inventado panettone.

Historia del panettone

 

 

 

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