Las Navidades pasadas nos fuimos con la barca a un centro comercial. Estuvimos allí toda la campaña, vendiendo ingredientes de todas las partes del mundo, tal y como hemos hecho siempre, pero en el plano físico. Curiosos, familias, cruceristas y fashionistas eran nuestros clientes potenciales.
Dentro de las instalaciones de dicho centro comercial se ubica un gimnasio. Cada día, una vez finalizada su rutina de ejercicios, hombres y mujeres de todas las edades pasaban por el escaparate de nuestra pop-up store. Era fácil reconocerles, siempre recién duchados, con su bolsa de deporte al hombro, relucientes pero todavía ligeramente afectados por el esfuerzo físico. Además, siempre se detenían ante la visión del mismo producto, colocado allí de forma casual: una bolsa de biltong.
Así es como descubrí que esas tiras de carne seca llamadas biltong son el snack de los campeones. Medios especializados y forofos/as del fitness lo sitúan como la merienda de moda después de una sesión de entrenamiento especialmente dura. Aún más: es el snack de los príncipes y de la guerra.
En Harry: a biography, la biógrafa y corresponsal de la realeza británica Marcia Moody nos cuanta que el príncipe Harry, estando en el frente, desayunaba «una mezcla de galletas machacadas, mermelada y margarina, y picaba entre horas cacahuetes o biltong«.
El caso es que no hace falta ser deportista ni mucho menos militar o príncipe para disfrutarlo. El biltong es una auténtica delicia. Si te gusta la carne, claro. Y el sabor salado y especiado, y la textura tersa. ¡Mmm! Ya se me está haciendo la boca agua.
Te ha entrado la curiosidad, ¿verdad? Pues quédate, porque te voy a contar unas cuantas cosas sobre este snack que ha llegado de Sudáfrica para convertirse en revolución, superalimento y tedencia. Todo a la vez.
Pero, ¿qué es el biltong?
«¿Sería un partido de rugby, barbacoa, piscina, fiesta, graduación o cualquier otro tipo de reunión lo mismo sin el biltong? ¡Definitivamente no!»
Leí en algún sitio que el biltong es a Sudáfrica lo que el prosciutto a Italia. Un alimento tan cotidiano y popular en ambos casos, como lo es el jamón serrano en España. Pero su auténtico homólogo en nuestra gastronomía es, sin duda, la cecina.
El biltong es un tipo de carne seca. Aunque el más popular es el de ternera, en Sudáfrica se elabora también con otros tipos de carne, como pollo, avestruz o gacela.
La carne se marina en vinagre, sal y especias variables, entre ellas pimienta negra y cilantro, y se deja secar. Voilá. Otros condimentos habituales son los chiles molidos, el ajo, la salsa Worcestershire o la cebolla en polvo.
Con este proceso simplísimo y natural, se obtiene un producto con un alto porcentaje de proteínas (alrededor del 55%, pudiendo llegar hasta el 67%), bajo contenido en grasa (menos de un 5%) y casi nada de azúcares. Ahora ya sabes por qué es el objeto de deseo de los deportistas. Y del príncipe Harry. Alguien me dijo, también, que es lo mejor para irte de safari.
Si la pruebas y sigues pensando que es cecina, en la web de Kubdu nos lo explican: «La cecina es una pata que está ahumada, salada y curada; el biltong no está ni ahumado, ni salado ni curado sino que es un bistec macerado, especiado y secado con aire. Ello hace que difiera en aspecto, color, olor, sabor y hasta en textura».
¿Cómo me lo como?
Si un día vienes a la oficina a hacernos una visita, es probable que nos encuentres merendando biltong. Abrir la bolsa, que es como una de patatas, meter la mano y llevar a la boca. Ideal para servir como aperitivo con una cerveza bien fría.
Además, es un topping fantástico para ensaladas, cremas, arroces y verduras. Mejor, si lo picas bien antes de añadirlo al plato. Se obtiene así un punch extra de sabor y de proteínas. En Sudáfrica también se añade a guisos y pasteles salados.
Orígenes del biltong
La conservación de la carne mediante el secado se remonta a tiempos ancestrales. El folclore africano cuenta que, durante una travesía migratoria, una tribu colocó tiras de carne seca bajo las sillas de montar con el fin de que el roce ablandase la carne. Además, el sudor de los animales proporcionó salinidad a las tiras, ¡delicioso! Tenemos el biltong primigenio.
A su llegada al sur de África en el siglo XVII, los colonos europeos se vieron en la necesidad de conservar la carne para su supervivencia durante la exploración del continente. Con el fin de que la preservación del alimento fuese mejor y más segura, añadieron salitre y vinagre a los procesos de secado que ya conocían los indígenas. Los holandeses saborizaron con cilantro, pimienta negra y otras especias. Así es como el biltong prosperó y se convirtió en parte de la tradición de Sudáfrica.
Como curiosidad, la palabra biltong viene del holandés “bil” (trasero de la vaca) y “tong” (tira), es decir, «tira de carne».
¡Sabemos que no puedes resistirte a probarlo!
Donde puedo comprar el biltong de kudu o de avestruz