La cocina japonesa ha adaptado esta salsa occidental al paladar nipón. Aunque existen muchas versiones, en general, la principal diferencia respecto a nuestra mayonesa radica en el uso de vinagre de arroz, en lugar de vinagre de vino o de limón. Otra peculiaridad es que en la mayoría de recetas solo se emplea la yema del huevo, lo cual aporta una textura y sabor diferentes.
Con frecuencia, la mayonesa japonesa se condimenta con un poco de salsa de soja, mostaza, ajo o jengibre. En su ansia por potenciar al máximo el umami, es muy común que se le añada glutamato monosódico (el ajinomoto), incluso cuando se prepara en casa.