El cine, como la comida, alimenta a quien acude a él. Al igual que la gastronomía, forma parte de la cultura de una región. Ambos son el reflejo de un cúmulo de costumbres, una visión del mundo, un compartir gustos, sensaciones y experiencias. En algunas ocasiones se produce algo fantástico: la comida se funde en el cine y este nos enseña una historia de sabores, de olores y de texturas. Tal es el caso, aunque no lo parezca, de Deseando amar (Wong Kar-wai. Hong Kong, 2000).
Punto de partida
Hong Kong, año 1962, edificio de habitaciones pequeñas y pasillos asfixiantes. Llegamos a la hora de cenar. “Coma, el pescado está muy fresco”, es la frase que abre el film y con la que Li-zhen (Maggie Cheung), protagonista femenina, es recibida en el apartamento donde acaba de alquilar una habitación.
Vaya por delante que Deseando amar (2000) no es una película a la que podamos colgar las etiquetas de “cocina” o “cine gastronómico”. Aunque se llamó originalmente La magnificencia de los años pasa como las flores, su título en español, adaptación del inglés In the mood for love, deja muy claro el tipo de historia que se va a desarrollar en ese atestado edificio de Hong Kong entre Li-zhen y su vecino, el señor Chow (Tony Leung).
El tercer protagonista: la comida
En el marco de este romance dibujado por Wong Kar Wai de una manera tremendamente atípica, sorprende la presencia de los alimentos como un elemento recurrente en casi la totalidad de escenas del film.
Es muy probable que un primer visionado no revele este hecho al espectador. Como tantos otros aspectos, el papel fundamental que desempeña la comida es tratado de una manera sutil, con significados implícitos, con simbolismos que se callan. Wong Kar-wai la emplaza de manera meticulosa como telón de fondo de encuentros y desencuentros, de conversaciones y silencios, de engaños y de confesiones.
No es nada nuevo. Una cena es la excusa perfecta para reunirse con alguien y desvelar un secreto. Comida rápida para llenar el vacío de las horas cuando no se puede escapar. La diferencia de cocinar para uno y cocinar para varios. Comer con la mujer engañada, cenar en un lujoso restaurante con la otra mujer. Dulces como una licencia romántica.
En Deseando amar, la comida, además de ser una pista temporal en la narración fílmica, exhibe todos los roles que desempeña en la vida diaria de una sociedad y una cultura concretas, como factor social y emocional. Para sus personajes, comer es un acto que les permite dar un paso más allá de las limitaciones de una educación basada en la modestia y los afectos reprimidos.
La cocina de Hong Kong
Dejando a un lado lo abstracto de los símbolos y las emociones, Deseando amar hace un perfecto retrato de la gastronomía típica del Hong Kong de la década de los 60.
Nos encontramos ante una cocina donde predomina la herencia china, principalmente cantonesa. Durante los años anteriores, a partir de la guerra civil china entre nacionalistas y comunistas de 1949, se había producido la llegada continua de personas desde el continente a Hong Kong. Las corrientes de refugiados y emigrantes dejarían, inevitablemente, una fuerte impronta en la cocina hongkonesa.
Tal es el caso del propio Wong Kar-wai y los personajes que concibió en el edificio donde transcurre el film, todos ellos ciudadanos de Shangái que rememoran sus orígenes mediante la cocina en el hogar.
Hong Kong es, también, un lugar de comida para llevar, lleno de puestos callejeros y restaurantes pequeños y sofocantes, con el olor y el humo de las ollas y los woks a pleno rendimiento. Este enclave es esencial para Li-zhen y Chow, donde se cruzan yendo y viniendo a por tallarines, muy callados, deseando amar.
Si todavía no la has visto…
deberías hacerlo. Las imágenes (y la música) hablan por sí solas:
Recetas para maridar Deseando Amar
Vamos con un auténtico cocine con cine. Este es el menú que te proponemos con sus respectivas recetas, para que te sientas in the mood for love total:
Primero: Sopa con cerdo marinado y setas shiitake
Segundo: Tenera con salsa de ostras y tallarines
Postre: Helado de té matcha con almíbar de sésamo
Artículo actualizado el 27/03/2018
Qué enfoque más guay éste de mezclar ámbitos… ¡Mola!
¡Gracias! Lo cierto es que nos encanta aplicar perspectivas
diferentes sobre un tema 🙂 . Porque con el enfoque «normal», ya suele estar todo escrito 😉 .
Un abrazo,
Alexandra
Un texto delicioso sobre una película fascinante. Me hiciste despertar el apetito y, claro, el deseo de contemplar de nuevo esta obra filmica. Saludos desde Lima, Perú.
Gracias por el comentario! Un saludo!
Una review muy «sabrosa»! En serio, tiene un enfoque muy divertido. Saludos!
¡Hola Fan de la comida asiática! Ciertamente, es una delicia de lectura y el enfoque es, como poco, diferente 😉
¡A seguir disfrutando!