Qué es la kombucha, a qué sabe y unas cuantas cosas más

La kombucha saltó a la fama por primera vez en los 90, pero es en los últimos años cuando se ha convertido en un auténtico fenómeno de masas. Nuestra barca también es una prueba de ello: «kombucha» es uno de los términos más buscados en la tienda, y las botellas de este té fermentado se venden por lotes. Sin embargo, muchos, yo incluida, no teníamos tan claro qué es la kombucha, qué es de verdad. Así que me puse a probar y a investigar. Empiezo por la conclusión: la kombucha es un producto único y muy, muy interesante.

¿Qué es la kombucha?

La kombucha es, en esencia, la suma de cuatro ingredientes: té (verde, negro o blanco), azúcar, agua y SCOBY. A mí la palabra SCOBY me suena a dibujos animados, pero es algo, remitiéndonos a su aspecto, bastante menos simpático.

SCOBY es el acrónimo de Symbiotic Colony Of Bacteria and Yeast o, como diríamos en español: “Colonia Simbiótica de Bacterias y Levadura”. Lo cual se traduce en una masa gomosa, resbaladiza, que suelta hilillos marrones. Honestamente, no es muy apetecible, pero, hablando de kombucha, el scoby lo es todo.

Esta colonia de bacterias y levaduras se alimenta del azúcar. Entonces, el té empieza a fermentar, y es en ese momento cuando adquiere su particular sabor y todos los organismos probióticos por los cuales es adorado.

En una kombucha no filtrada, veremos a Scoby flotando en la parte superior del líquido, como una capa gelatinosa que protege el té fermentado de agentes externos y ayuda a mantener un ecosistema muy concreto ahí dentro. Interesante, ¿verdad?

¿A qué sabe la kombucha?

La kombucha es principalmente ácida y con un ligero sabor dulce. A veces, se describe como “avinagrada” o con reminiscencias a sidra de manzana.

De buenas a primeras, el sabor de esta bebida probiótica en su estado puro puede no ser del todo agradable, aunque el gustillo de las primeras veces se acaba convirtiendo en un gustazo. Sobre todo, si te imaginas a todos esos microorganismos trabajando por hacer de tu cuerpo un lugar más saludable. Además, la mayoría de marcas añaden otros ingredientes que aportan sabores naturales y adaptan el sabor de la kombucha a nuestro paladar. De esta forma, en un trago de kombucha percibirás notas afrutadas, herbáceas, cítricas, picantes o florales, por ejemplo.

Otra característica importante de nuestro té fermentado es que es burbujeante, como una gaseosa muy suave. De forma natural, el scoby añade cierto nivel de efervescencia a la kombucha, pero a veces se carbonata a mayores mediante otros procesos.

Algunos datos más

• Se cree que la kombucha tuvo su comienzo hace miles de años en China. Sin embargo, sus orígenes son inciertos.
• Una de las teorías que más difundidas acerca de su etimología, señala a Japón. Según dicha teoría, «kombucha» podría venir de los términos japoneses «konbu» (alga) y «cha» (té). Es decir, «té de alga». Se especula con que el scoby flotando en el líquido pudo recordar a un alga. Sin embargo, konbucha hace referencia a otro producto que nada tiene que ver con nuestro té fermentado. En Japón, a la kombucha se la llama kocha kinoko. Es probable que alguien, en algún momento, se marcase un lost in translation con esta teoría.
• A causa de la fermentación, la kombucha suele tener niveles muy bajos de contenido alcohólico, entre el 0.5 y el 3%.
  

• La kombucha se puede preparar en casa, aunque es necesario tomar ciertas medidas de seguridad para tener la certeza de que nuestra bebida probiótica es 100% segura.
• El scoby se conoce también como “madre”. Al desarrollarse, se expande y se divide en discos más pequeños. Muchas personas dedicadas al cultivo de la kombucha llaman a estas divisiones “bebés”. En Estados Unidos, algunas comunidades de fanáticos de la kombucha animan a poner nombres a sus retoños, como «Misha-the-Mushroom y Lewellyn-of-Laurel-Farms«.

 

 

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Nada mejor para saber qué es la kombucha que probarla 🙂 . ¡Queremos saber tu opinión acerca de este té fermentado tan especial!